La exposición sigue la evolución artística de Pieter Bruegel el Viejo a través de su obra gráfica, en un panorama cultural en constante cambio. Bruegel entabló un diálogo con el lenguaje visual y los gustos de su época, mostrándose a la vez complaciente e innovador. Así, la exposición muestra cómo su obra se inscribe en un cambio más amplio en la cultura visual y la sensibilidad, en el que el propio Bruegel desempeñaría un papel determinante.
