"...Sentí el gran grito en toda la naturaleza..."
- Edvard Munch, 1892-
De las versiones "en color", existen cuatro copias: dos al temple, una versión dibujada a lápiz de color y una al pastel. De la versión litográfica en blanco y negro, Munch imprimió 30 ejemplares, de los que sólo 15 están expuestos en colecciones de museos de todo el mundo, entre ellos el Museo de Arte Moderno (MoMA) y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, la Galería Nacional de Washington y el Munch Museet de Oslo.
El personaje principal
La forma en que Munch representa esta experiencia, con una figura central sobre un puente y dos figuras al fondo, nos resulta familiar a todos. Sin embargo, cuando examinamos otras obras anteriores a "El grito", descubrimos que llevaba mucho más tiempo jugando con esta idea. La perspectiva utilizada, el cielo rojo, el puente en diagonal, los personajes a lo lejos, son un elemento recurrente y demuestran una búsqueda persistente de la composición perfecta.
Andy Warhol también se inspiró...
En 1984-85, Andy Warhol también produjo una serie de 15 serigrafías totalmente en su estilo, reelaborando "El grito". En parte gracias a Warhol, "El grito" se ha reproducido y reelaborado innumerables veces desde entonces, y la imagen se ha extendido por todo el mundo como un icono. El Grito" aparece en innumerables dibujos animados, series de televisión y películas, y sin duda seguirá siendo un elemento fijo de nuestra cultura visual colectiva durante décadas.
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El grito en la cultura popular
Así que todos podemos empatizar con la expresión de angustia y desesperación que representa "El grito", pero es sin duda la figura principal, casi caricaturesca, la que ha dado a la obra su fama universal y la ha convertido en parte de nuestra memoria colectiva. Ya en 1898 se reprodujo por primera vez como ilustración de un artículo periodístico, y desde entonces parece aparecer por doquier en nuestra cultura popular.
